jueves, 29 de mayo de 2008

Según científicos, el espíritu combativo entrerriano se explica por un raro elemento en los cítricos


Investigadores de la Facultad de Ciencias Médicas de Concordia, Entre Ríos, realizaron un estudio que arroja un resultado de gran valía para el desarrollo de la humanidad. El equipo de esa casa de altos estudios realizó, durante seis meses, un análisis comparativo de cítricos cosechados en la zona y los compararon con estudios realizados en la década del 90.

Y la conclusión a la que llegaron es asombrosa: en los últimos años, se habría agregado un componente a los cítricos que, dentro del organismo del ser humano, provoca ataques de furia, escasa tolerancia hacia los demás, exaltación de las ideas propias y pie plano.

Consultado por las consecuencias sociales de este descubrimiento, el Jefe del Área de Investigaciones Especiales y Asignación Arbitraria de Recursos de la facultad mencionada, indicó: “si bien muchos desestimaron la investigación por atribuirle escaso rigor científico, nosotros hemos llegado a la conclusión de que el conflicto de las papeleras primero y la combativa posición entrerriana en la crisis del campo después, no se originaron en cuestiones políticas necesariamente, sino que fue la alta ingesta de naranjas, mandarinas, limones y toronjas (N. de la R.: en jugo y con azúcar, porque si no son horribles) lo que predispuso a parte de la población entrerriana al combate y la barricada”.

Asimismo, añadió que “si no se hubiesen instalado las papeleras ni aumentado las retenciones, seguramente las huestes entrerrianas habrían encontrado cualquier otro motivo para protestar”.
“Si todo estuviese en armonía en la provincia, se habrían quejado del bigote de Urribarri o cuestionado que el palacio San José esté pintado de Rosado”, concluyó el científico atacando con dureza.

Avalando y complementando esa idea, el psicólogo de la Universidad Autónoma de Entre Ríos (UADER), César Achucarro, indicó: “el ser humano busca adaptar sus pulsiones violentas a determinada circunstancia y encuentra puntos de conflictos que hacen que esas pulsiones salgan a la luz de manera justificada. Nadie considerara que está fuera de sus cabales quien protesta por la instalación de unas papeleras frente a su ciudad, pero de ninguna forma se lograría adhesión a una protesta multitudinaria porque no le queda bien el bigote a Urribarri”.

En tanto, desde Uruguay se hicieron oír críticas a este tipo de investigaciones. Por ejemplo, Washington Regueiro, presidente de la Comisión de Panaderos, Canillitas y Levantadores de Quiniela Clandestina de Fray Bentos, señaló: “esto demuestra que los entrerrianos ya no saben cómo seguir adelante con la protesta de las papeleras y ahora le echan la culpa a las naranjas. A los señores entrerrianos les digo: yo también como naranjas y nunca se me ocurrió cortar puentes, rutas, poner los tractores en la plaza de un pueblo o levantar una cacerola. No señores, yo como naranja y más que diarrea no he agarrado”.

Al cierre de esta edición, el dirigente rural D´Angelis acusó al grupo de investigadores de la Facultad de Ciencias Médicas de Concordia de ser “unos cipayos, engrupidos, cerdos unitarios pagados por el gobierno nacional para instalar en la opinión pública la idea de que los campesinos somos un grupo de blandos que necesitamos de un cítrico para salir a protestar”.

En ese sentido, cabe destacar que el propio dirigente rural convocó a un piquete frente a la casa de altos estudios para impedir el ingreso de alumnos a la facultad, en repudio a la investigación realizada.

Finalmente, el ex gobernador Jorge Busti intentó conciliar las partes. Sobre la discusión suscitada, expresó: “si yo pude cagar a tantos sin comer naranja, el campo y Gualeguaychú pueden protestar sin necesidad de un citrus. Eso sí, no se les puede impedir a los investigadores que analicen lo que quieran, por más ridículo que parezca. Al final de cuentas, las Universidades son autónomas y el peronismo todavía no se pudo quedar con ellas”.

Fuente: Diario The Sun de Lucas González