martes, 27 de febrero de 2007

Con el mate debajo del brazo

Para un entrerriano, es más que una señal de identidad. Se podría decir que es un gesto natural, que forma parte de los genes y hasta se incorpora a nuestra anatomía. Llevar termo y mate debajo del brazo por cualquier calle, parque o peatonal, es algo habitual, casi necesario en las tierras de la Cuchilla Grande.
Pero cuando un entrerriano se aleja de sus tierras, esta costumbre bien nuestra —que nos acerca más a los hermanos uruguayos que a cualquier otro habitante de la Argentina— llena de sorpresa al observador o casual transeúnte. ¿Qué entrerriano emigrado no fue mirado con sorpresa por caminar frente a las góndolas de un supermercado con el mate debajo del brazo?.
Seguramente, quienes acostumbran a tomar el té de todas las tardes o un feca, no comprenden que el mate no es una merienda, un desayuno o algo que uno toma para pasar el tiempo. El mate es, para nosotros entrerrianos, como el espacio y el tiempo: la condición de posibilidad de la vida. Por más que parezca filosofía barata (y seguramente lo sea), el mate es para nosotros la forma en que nos conectamos con la vida y con el resto de los mortales.

Debe ser así y si alguien cree lo contrario, dé por seguro que no es entrerriano.

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