martes, 27 de marzo de 2007

Elecciones en Entre Ríos


El domingo 18 de marzo fueron las elecciones en Entre Ríos. Cualquier observador pasajero podría creer que el evento es similar en todo el territorio argentino. Este humilde servidor viene a traer un poco de luz sobre el particular y a explicar el por que en Entre Ríos las elecciones no son una cosa mas y por que no son en nada parecidas a las elecciones de otras provincias, obviamente inferiores.

El desarrollo de los comicios, mas allá de las obvias implicancias políticas que puede tener, comienza muy temprano en la semana. Desde el lunes anterior y promediando la semana, los votantes son informados por las familias, en el caso de que el elector viva en el exterior de la provincia, estos proceden a juntar los elementos necesarios para participar del acto: documento, libreta de enrolamiento o cívica, medias, calzoncillos, pantalón, camisas, billetera, teléfono y llaves. Desde el jueves a sábado de la semana los electores migran hacia sus ciudades de origen, dependiendo que estos sean de Victoria o Las Tunas, de Larroque o La Paz, Viale, Concepción del Uruguay.

El sábado las familias se encuentran. Las elecciones son un excelente motivo para encontrar familias, amigos, conocidos de años y por supuesto… amantes. Si las elecciones son de nivel nacional y la pareja del votante no pertenece a su misma ciudad, las elecciones se tornan en una excusa más que envidiable para zafar de la bruja y comerse un buen asado con viejos amigos.

En mi caso en particular, disfruto viviendo las elecciones en el mismo lugar donde se realizan. En esta oportunidad fui fiscal en una mesa de mujeres para disfrutar aún más del show cívico.

Me levanté a las 6.45 de la mañana, me bañe, y mate en mano, salí camino al encuentro de los comicios. Los inconvenientes técnicos hicieron que en mi mesa recién se empiece a votar a las 9hs del radiante domingo 18 de marzo de 2007. A esa altura de la mañana las mujeres que hacían cola para votar se contaban por centenares, porque como buenas entrerrianas descendientes de alemanes el día comienza a las 6 de la mañana y la lengua se encuentra en plena flexibilidad treinta minutos después.

En Entre Ríos las mujeres no hablan, gritan. Hacen mucho ruido, se molestan, se miran de reojo, se inquietan, ocupan lugares que no le corresponden en las filas ante las mesas eleccionarias y no se dan cuenta que molestan. En fin, el ambiente electoral con doscientas mujeres haciendo cola y compartiendo un espacio de 5mts por 3mts es la teoría del caos hecha entrerrianía.

Me tocó desde Schlotawer hasta Sequeira, con el gran abanico de Schmidt, Scneider, Schuembler, Schroeder, Schimft, Schrooh y las ínfimas Segovias.

La presidenta de mi mesa, de apellido Senger, era la cereza que faltaba a los dulces comicios; con cuerdas vocales recortadas y una intensa femineidad entrerriana, demostró que puedo un año mas, aunque quizá el último, ser fiscal de mesa… pero no de mesa femenina.

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